El Tratado de Tordesillas, firmado el 7 de junio de 1494 entre España y Portugal, dividió el mundo en dos hemisferios de influencia mediante una línea imaginaria a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. A España le correspondió el hemisferio occidental, y a Portugal el oriental, estableciendo así los dominios coloniales y de exploración de ambos reinos, y dando origen al descubrimiento y colonización de Brasil bajo la corona lusa.
Objetivo y contexto:
Resolución de disputas:
El tratado buscaba resolver los conflictos y la tensión creciente entre Castilla y Portugal tras el primer viaje de Cristóbal Colón, que amenazaban la paz establecida por el Tratado de Alcáçovas.
Reparto del mundo:
Fue un acuerdo sin precedentes para dividir los territorios descubiertos y por descubrir, dando a cada potencia un área exclusiva de influencia.
Características del tratado:
Línea de demarcación:
Se trazó un meridiano a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, repartiendo las tierras recién descubiertas y las que se descubrirían en adelante.
Resultados:
El hemisferio occidental (América, en gran parte) quedó bajo el control de España, mientras que el hemisferio oriental (incluyendo Asia y la parte oriental de Sudamérica) fue para Portugal, lo que explica que Brasil sea un país de habla portuguesa.
Importancia y legado:
Marco histórico:
Es fundamental para entender la historia de la colonización de América y las relaciones entre Europa y América.
Memoria del mundo:
Fue inscrito en el Registro Internacional de la Memoria del Mundo de la UNESCO en 2007, reconociendo su valor histórico global.
Influencia posterior:
Aunque fue roto por otras potencias europeas, el tratado sentó las bases de las esferas de influencia y fue una referencia importante, incluso en conflictos fronterizos modernos.
Video aolterno: https://youtu.be/txHuq7jTIkg?si=zGHpE1OBqDIGaB3G
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