La Capilla de Loreto, erigida en 1878 junto al convento católico "Nuestra Señora de la Luz" en Santa Fe, Nuevo México, es un testimonio tangible de fe y devoción. Su construcción, llevada a cabo por el arquitecto francés Antonio Mouly, se enmarca en un estilo gótico que evoca la grandeza espiritual de la época. Sin embargo, es la escalera que adorna este lugar sagrado la que ha capturado la imaginación de fieles y visitantes por igual.
La historia comienza con un dilema: las monjas de la orden, que habían establecido su hogar en una región fronteriza, se enfrentaban a la necesidad de acceder a un coro en el segundo piso de la capilla. Una escalera convencional ocupaba demasiado espacio y habría requerido la eliminación de varios asientos, lo cual afectaría la disposición del recinto. La búsqueda de un carpintero dispuesto a resolver el reto fue infructuosa; todos los que intentaron ofrecer una solución se negaron, alegando la imposibilidad de cumplir con tal demanda.
Fue entonces que las monjas se unieron en oración, implorando ayuda divina. Después de varios días de fervientes súplicas, un misterioso carpintero apareció en el umbral de la capilla. Con herramientas rudimentarias y un talento excepcional, comenzó a construir la escalera. Las monjas observaron con asombro cómo este desconocido trabajaba incansablemente en un diseño que desafiaba la lógica: una escalera de caracol, sin soportes visibles, que ascendía graciosamente hacia el coro.
Cuando la obra fue finalmente completada, el carpintero desapareció tan misteriosamente como había llegado, dejando tras de sí una maravilla arquitectónica. La escalera, que posee varias vueltas y una sorprendente estabilidad, no solo ofreció acceso, sino que también se convirtió en un símbolo de la fe inquebrantable y el poder de la oración.
Hoy, la escalera de la Capilla de Loreto continúa siendo un enigma, un milagro que desafía el tiempo y la razón. La conclusión del Dr. Yuls resuena con la verdad de que esta majestuosa obra es, ya sea por intervención divina o ingenio humano, un recordatorio eterno de la belleza que puede surgir de la devoción genuina. Su misterio sigue inspirando a generaciones, alimentando la curiosidad y la espiritualidad de todos aquellos que tienen el privilegio de presenciarla.
Algo muy similar hay en una provincia de Perú Cajamarca en pueblo llamado MARCABALITO un hombre se presentó para hacer una imagen de Jesús crucificado de madera no sabían quién era tmb era un anciano que no quería que nadie lo ayudará se encerró x tres días haciendo dicha imagen así q lo llevaban su comida hasta que fueron al tercer día y ya no estaba y la comida está allí cuando la ven parece un hombre real es moreno tiene una mirada viva tendrían que verla y la sensación que se siente es única muchos locales le tienen mucha fe dicen que hase milagros y solo lo sacan en procesion cada 5 años se llama el sr de MARCABALITO como llego allí ese tronco con el que se construyó tmb es un historia xq no era a ese pueblo donde iba había otros dos opciones antes y el sr que lo construyó tmb fue todo un misterio.